domingo, 17 de noviembre de 2013

sin miedo a los brujos

A Federico le habían prometido un monopatín como regalo de cumpleaños. Y pensaba hacer una exhibición que dejara al mundo entero boquiabierto. Iba a ser un cumpleaños fantástico, se decía. Nunca hubiera imaginado que precisamente ese día iba a convertirse en un conejo rosa.
Todo sucedió de la manera más tonta. Y porque ninguno de sus amigos estaba haciéndole caso. Ése fue el motivo; que no le dejaron contar el chiste del loro ni decir una sola palabra de lo del patín.

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